Frente a un escenario de cambio político en El Salvador es indispensable comenzar a reflexionar sobre cómo deben ser las relaciones entre la ciudadanía y sus gobernantes. En un proceso de cambio es fundamental ofrecer pautas útiles que ayuden a rehabilitar la democracia y ¡qué mejor que la Ética y el Gobierno Abierto!
El Gobierno Abierto es un camino seguro hacia el encuentro de las instituciones gubernamentales y la gente común, para la solución de los problemas tradicionales y encarar los nuevos retos sociales, económicos y de convivencia de las sociedades latinoamericanas; con un modelo de funcionamiento que apuesta por la transparencia, los datos públicos abiertos y la innovación tecnológica y política. El Gobierno Abierto recupera la confianza de los ciudadanos en las entidades públicas y potencia la colaboración entre el Estado y la sociedad para crear mejores condiciones de vida y prosperidad.
Muchas democracias consolidadas del mundo practican el Gobierno Abierto, porque permite establecer y mantener un nuevo sistema de relaciones entre los gobernantes, las administraciones y la sociedad: transparente, multidireccional, colaborativo y orientado a la participación de los ciudadanos tanto en el seguimiento de la gestión como en la toma de decisiones públicas.
El Gobierno Abierto implica diferentes iniciativas, herramientas y prácticas de gobernanza para diseñar políticas más efectivas, servicios públicos eficientes y mayor rendición de cuentas; también disminuye los riesgos de opacidad, corrupción e impunidad.
Implementando el Gobierno Abierto
Con Gobierno Abierto, las relaciones entre ciudadanos y gobernantes se basan en el respeto, la colaboración y la participación en vez de la dependencia, la sumisión y la coacción.
Aplicar el Gobierno Abierto en los municipios, no es una tarea fácil, especialmente por la heterogeneidad de contextos y las especificidades económicas, sociales y políticas de cada uno de ellos. Sin embargo, si desde la óptica de los beneficios que trae consigo la adopción del Gobierno abierto como paradigma y como medio para alcanzar una administración pública más cercana a los ciudadanos, podemos encontrar algunas pistas. En ese sentido, la Organización de Estados Americanos (2016), plantea algunas acciones a tomar en cuenta para incorporar el enfoque en la vida municipal, a saber: sensibilización a líderes políticos, escucha activa y colaboración planificada, cooperación entre municipios, evaluación, monitoreo e institucionalización; a ellos agregamos la adopción de políticas y prácticas dirigidas a la transparencia y lucha contra la corrupción.
Si hablamos de Gobierno abierto al interior de la Asamblea Legislativa, de acuerdo a ParlAmericas y el foro Opening Parliament, se configura como una forma de interacción entre la ciudadanía y los poderes legislativos que fomenta la apertura parlamentaria, con el fin de garantizar la transparencia y el acceso a la información pública, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, la ética y la probidad, como principios fundamentales. Ello, en consonancia con los principios éticos de los legisladores que deberán estar establecidos como la salvaguarda de la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho, hasta el aseguramiento de la integridad pública, incluyendo la administración adecuada de los recursos públicos y la actuación transparente.
Gobierno Abierto en El Salvador
El Pleno del Tribunal de Ética Gubernamental (TEG), en uso de sus atribuciones, ha dado un paso adelante y se ha consolidado como pionero en este esfuerzo. El pasado 16 de octubre presentó su Política de Política de Integridad y Gobierno Abierto con el objetivo de identificar y ejecutar acciones al interior de la institución para brindar los servicios que la población demanda, de forma eficiente y con la calidad y calidez requerida.
La Política es un instrumento dinámico, a través de la cual, no solo se emiten lineamientos generales, sino que se propone un plan de acción y una técnica de monitoreo y seguimiento, a través de la conformación de comisiones que velarán por el cumplimiento y la efectividad de la misma, bajo la coordinación del Círculo de Integridad y Gobierno Abierto (CIGA).
En palabras sencillas, el TEG con su Política de Integridad y Gobierno abierto:
- Busca asegurar la transparencia en la gestión institucional, a través de mecanismos de acceso a la información y de apertura de datos sobre la gestión institucional, que permitan la interacción ciudadana.
- Pretende ejecutar acciones preventivas y correctivas contra la corrupción, como la implementación de un sistema de quejas y denuncias y la protección de denunciantes y testigos de actos de corrupción y otros.
- Planea desarrollar actividades que promuevan espacios de participación ciudadana para recibir aportes y mejorar la gestión institucional.
- Mediante un diálogo participativo con sectores ciudadanos relacionados a la gestión y con la población, proyecta implementar la mejora continua de los ejercicios de rendición de cuentas.
El paso ya se ha dado. Solo falta voluntad de nuestros gobernantes y mayor incidencia de la ciudadanía, para que sea una realidad en todo el Estado.
Puede descargar la Política de Integridad y Gobierno abierto aquí
Por José Manuel Cabrera | Servidor público del TEG